viernes, 26 de febrero de 2010

Sin Título

Me llega al pincho cuando pongo una canción que me gusta y un baboso se pone a cantarla con un inglés horroroso, me llegan al pincho las conversaciones estúpidas de mis compañeros de trabajo, me llega al pincho que mi mujer me llame al trabajo solamente para quejarse de wadas, me llega al pincho la gente que agarra cosas de mi escritorio y no las pone en su lugar, me llega al pincho tener que trabajar en algo que no me gusta, y lo que es peor, darme cuenta de que nunca me va a gustar, me llega al pincho que mi jefe quiera tener siempre la razón, me llega al pincho estar tan barrigón, me llega al pincho que me sigan saliendo barros, me llega al pincho darme cuenta de que un montón de gente tiene la camioneta que me gusta y no poder comprármela, me llega al pincho que en exactamente 35 minutos se acaba la hora del almuerzo, me llegan al pincho las reuniones de trabajo que tengo después del almuerzo, me llega al pincho cuando a mi carro sube gente que me llega al pincho, me llega al pincho que se metan en mi vida familiar, me llega al pincho estar peleado con mi mujer, me llega al pincho sentir que mi mujer es amable conmigo solamente cuando quiere plata, me llega al pincho que a mi mujer no le guste la casa donde vivimos ahora, me llega al pincho no tener plata para la cuota inicial de un departamento nuevo, me llega al pincho no acostarme con mi mujer desde hace más de un mes, me llega al pincho que unos rateros hijosdelasmilputas hayan golpeado a mi tío que es invalido en argentina para robarle, me llega al pincho no tener computadora en casa y tener que escribir este post aquí en el trabajo, y finalmente me llega al pincho este post porque es facilón, mala onda y está escrito con el higado...

Fin.

PD: Como un fenómeno enjaulado...


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jueves, 4 de febrero de 2010

Lilian

Luego de la misa por el 1er mes de la muerte de mi abuela, todos los presentes nos dirigimos hacia los salones de la parroquia. Yo caminaba tranquilo junto a mi hermana, cuando de pronto una pequeña mujer nos salió al paso, “Hola Rossana, ¿te acuerdas de mí?... Soy Lilian”… Mientras mi hermana y Lilian se saludan, un recuerdo hasta entonces sepultado, cobra repentinamente vida en mi cabeza…

Son aproximadamente las 2 de la mañana, y mientras mi hermano mayor y sus amigos del barrio se destruyen en su cumpleaños número 17, yo me encuentro echado en la cama de mi abuela tratando de dormir sin conseguirlo…
De pronto, la puerta del cuarto se abre, y junto con la bulla ingresa una muchacha de unos 16 años, recuerdo perfectamente como estaba vestida, llevaba una minifalda de jean y una blusa escotada de color azul con rayas negras…
Algo confundida y un poco-bastante alcoholizada, la muchacha se sienta a mi lado y me observa unos segundos mientras yo finjo dormir, luego sorpresivamente se acuesta encima mío y me da un largo y apasionado beso en mi boca de chibolo de 8 años, el primer beso de mujer que recibí en la vida…
Luego de eso, se retira del cuarto igual de silenciosa como entró…


Vuelvo al presente y me doy cuenta, de que aquella confundida muchacha que entró al cuarto de mi abuela aquella vez, es ahora esta mujer que nos saluda amablemente…

“Hola Lilian, ¿te acuerdas de mí?, yo soy Jose, el hijo menor de Pepe…”

La mujer me mira de arriba abajo y me sonríe,

“Claro… tu eres Pepito, ¡Como has crecido!”…

Fin.

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