lunes, 29 de agosto de 2011

Llegará ?

Llegará el día, acaso, en que deje de sentir toda esta mierda que siento adentro?, el día en que pueda perdonar, el día en que sonría realmente, en que sonría desde el fondo de mi alma, el día en que sonría deveras deveritas?, llegará el día en que alguien me vuelva a decir una palabra tan simple pero tan poderosa como "Vente", y yo vaya, y vuelva a sentir al llegar, esa tranquilidad, esa paz, que ahora me resulta tan esquiva, tan imposible?, llegará el día en que me deje de embriagar por embriagar, tratando de encontrar en ese submundo viscoso y lleno de humo, a aquella persona segura de sí misma, dueña del mundo, que un día fui?, llegará el día en que vuelva a sentir que las personas que se me acercan no me harán daño, o lo que es peor, que yo no les haré daño a ellas?, llegará el día en que volveré a perderme deliciosamente en las garras del amor correspondido?, llegará el día en que abriré una hoja de Word vacía, y la llene de frases graciosas y ocurrentes, frases simples pero motivadoras, que a las personas que las leen les haga pensar que después de todo, en algún lugar, hay un sujeto que siempre logra sacarle el lado positivo a la vida y que va por el mundo cagándose de risa de sus problemas?, llegará el día en que deje de publicar posts horribles como este?, llegará el día en que me vuelva a sorprender y emocionar de las cosas simples de la vida, como lo hacía antes, como cuando era niño?... llegará?...

Sí, yo sé que llegará… :)

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viernes, 19 de agosto de 2011

La Chica de Lentes

Una tarde, no hace mucho, entró la señora Rosita a la oficina, la acompañaba una chica de lentes que trabajaba en su área, “¿Manolito puedes capacitar a esta niña por favor?” me pidió, y yo acepté de mala gana porque en verdad tenía mucho que hacer…

La chica de lentes se sentó a mi lado los treinta minutos que duró la capacitación, durante todo ese tiempo no nos miramos un segundo a la cara (ambos teníamos los ojos fijos en el monitor) ni cruzamos ninguna palabra o comentario que no fuera relacionado con la capacitación...

Pocas veces me encontré con la chica de lentes en la oficina, a veces la veía caminando por los pasillos con la mirada puesta en el suelo y las manos llenas de papeles, otras veces la había visto en mi área cuando entraba a consultarle cosas de trabajo a Pochito, un compañero de trabajo que se sienta detrás mío…

Nunca vi a la chica de lentes en una reunión del trabajo, ni en los juegos de vóley los miércoles, ni en las saliditas cheleras los viernes… Nunca la vi sonreír con nadie, ni enojarse, ni llorar, ni mucho menos bailar… Nunca me interesó hacerme su amigo, ni saber de su vida, ni agregarla al Facebook… Tan solo era una de esas personas que, a pesar de trabajar en el mismo centro de labores que yo, era como si no existiera, como si fuera invisible…

*****

El lunes de esta semana una triste noticia recorrió los pasillos de la oficina, la chica de lentes había muerto… Y fue ese el único día (de los ciento y pico días que esta chica trabajó en la oficina) en que irónicamente todos (absolutamente todos) hablamos de ella… Y lo más triste de todo es que fue ese día… que recién supe cual era su nombre…

Fin.

PD1: Dedicado a Eliseth

PD2: Toda esta semana no he podido dejar de pensar en qué hubiera pasado si ese día que me tocó capacitarla, hubiera dedicado siquiera un minuto a preguntarle alguito de su vida, a hacerle una broma o tal vez a simplemente sonreírle... tal vez hubiera podido volverme su amigo… tal vez… hubiera podido ayudarla en algo…

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domingo, 14 de agosto de 2011

Y de repente, un jalón...

- Pero oye.. ¿me parece o te has leído todos estos libros?
- ¡Claro que si! por eso hazme caso con los títulos que te recomiendo..

La pequeña charla literaria con aquella chica desconocida, en medio de aquella desangelada calle, me había cautivado, así que le propuse continuar la conversación por allí cerca, en algún restaurante. “Pero si aquí estamos bien”, dijo para mi sorpresa y se sentó en el suelo.
Me resultaba muy simpática aquella chica, así que sin pensarlo mucho, puse mis paquetes a un lado y me senté también en medio de la vereda.

- ¿Te gusta Coelho? –me preguntó-
- Me gustan algunas, pero no se si en estos momentos quiero leer esa clase de literatura
- Te comprendo perfectamente, entonces ¿como qué libro estás buscando?
- Quiero algo que me divierta, que me relaje..
- Hmmmm.. ¿te gusta bayly? ¿has leído su última novela “Y de repente un angel”?
- No la he leído, ¿qué tal ah?
- Esa novela es muy graciosa, si te quieres relajar, te la recomiendo doscientos por ciento
- Excelente, sabes.. esta es la única novela de bayly que me falta leer..
- Ah mira, que coincidencia –dijo mirándome a los ojos-
- Si pues, que coincidencia –dije yo, mirándola a los ojos también-

Y de repente, un jalón... el libro fue arrebatado de mis manos con violencia, por un lapsus que calculo duró dos o tres segundos, me quedé estático en mi sitio mirando mis manos vacías, sin saber como reaccionar ni que hacer, a dos pasos de distancia, mi nueva amiga luchaba por arrebatarle el resto de sus libros a esos ladrones vestidos de azul. La gente a mi alrededor se aglomeró formando una muralla protectora alrededor mío, todos pensaban que aquellos libros desperdigados por el suelo me pertenecían y algunas los recogían y me los entregaban, yo no sabía qué hacer ni qué decirles así que los recibía nervioso y los amontonaba junto a mis paquetes, una señora empezó a gritar “¡Rateros!”, otra “¡Abusivos!” y otra que estaba mas cerca de mi “Joven cojudo ¡métete a la tienda con tus libros!”, así que haciendo caso a esta ultima agarré todos los libros y paquetes y los introduje adentro de la tienda más cercana, que era un local donde se dedicaban a la venta de artículos para fiestas infantiles. Una vez adentro, confundido entre las piñatas, logré alzar la cabeza por encima de la gente y pude divisar a mi amiga que regresaba al lugar con la mirada triste...

- ¿Qué pasó? –le pregunté-
- Se llevaron mis libros estos imbéciles –respondió iracunda-
- Vaya... lo siento mucho
- No te preocupes, así son estos, más bien me voy, el municipal me ha dicho que me va a devolver mis libros más allá si me voy de aquí

La miré apenado mientras tomaba su enorme mochila llena de libros y la cargaba a sus espaldas.

- Gracias ah, te pasaste, si no hubieras metido los libros aquí se hubieran llevado más.
- De nada, más bien dime, ¿No me vas a vender el libro que me estabas recomendando?
- ¿Lo quieres?
- Por su puesto, ¿cuanto dices que costaba?
- Diez soles, pero dame ocho, me has caído bien.
- Tu también, gracias.

Enseguida ajustó su enorme mochila azul sobre sus hombros y se retiró caminando apurada, dio algo de diez pasos y volteó a mirarme

- ¡Sigue leyendo eh! –gritó, con una sonrisa traviesa-
- Siempre.. –dije haciéndole adiós con la mano-

Fin.

PD: Historia escrita hace exactamente 4 años

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sábado, 6 de agosto de 2011

Jason.. un polito muy aputamadrado..

Había un polo viejo que desde tiempos inmemorables habitaba debajo de mi cama, mis amigos más queridos lo llamaban "Jason"…

Aquella noche ocupábamos nuestra habitual mesita en la esquina del boulevard, estábamos Fernando, Dani y yo. Solíamos ir siempre a empilarnos a esa misma chingana debido a dos motivos: (1) tenía mesitas para sentarse y (2) si estabas un poco "loco" (o un poco borracho, da lo mismo) podías beber gratis toda la noche, pero bueno, esa es otra historia...

Estábamos bebiendo nuestra cuarta jarrita de "beluchi" de la noche (por aquella época mis amigos y yo gustábamos de beber una dulzona mezcla de tragos que una noche de alcohol (y demás condimentos) habíamos bautizado como "beluchi", nombre compuesto por las silabas de los nombres de las féminas que nos traían locos, y que increíblemente, no correspondían a nuestras urgencias de amor (¿pueden creerlo?).

Y nada, en esas estábamos cuando una hermosa visión nos alejó de nuestras meditaciones, eran tres chicas de jeancitos apretados y politos veraniegos (colores amarillo, naranja y verde limón), las tres estaban muy guapachosas y se parecían muchísimo entre ellas, se detuvieron a unos tres metros de nosotros y expresaron en voz alta sus dudas acerca de entrar a la discoteca de aquí o a la de allá, Dani y yo escuchábamos el dialogo embobados, pero Fernando que era el mas avispado, se paró de su sitio , se les plantó en frente y les dijo con voz educada "Como están chicas? disculpen que sea tan confianzudo, pero estoy con dos amigos, y si ustedes quieren podemos entrar a la discoteca juntos, para poder bailar y eso, no se, nosotros también somos tres…", Dijo finalmente, señalando hacia nuestra mesa donde Dani y yo las mirábamos con cara de cojudos..

"¿Fernando Meza?" Dijo una de ellas
"Si, ¿Me conoces?" Respondió Fernando, un poco sorprendido…

Resultó que las dos mayores (que eran mellizas) habían estudiado con Fernando la primaria del colegio, él no se acordaba mucho de ellas, pero ellas si de él. La hermana menor (quien era de lejos, la más bonita de las tres) tenía dieciséis años y se llamaba Dana (nos reímos mucho por eso porque era algo así como la versión femenina de nuestro amigo Dani, el más chibolo del grupo), las tres se sentaron en la mesa con nosotros y esperaron a que nos acabáramos nuestra ultima jarra de cerveza, mientras recordaban junto a Fernando varias anécdotas de su colegio...

*****

Luego de una noche muy chévere en la discoteca (donde no faltaron la buena música, las miraditas coquetas y las jarritas de vodka con naranja), nos subimos los seis a un diminuto taxi y nos dirigimos hacia nuestro barrio. Las habíamos convencido de seguir la noche en mi casa, "Va a estar bien chévere, vas a ver Anita" le decía Fernando a una de las mellizas, mientras la besaba cerca de la oreja...

*****

Abrí la puerta de mi casa muy despacio, tratando de hacer el mínimo de ruido, y luego lentamente, tomados todos de la cintura, ingresamos en fila india hasta mi cuarto, que quedaba bien al fondo de la casa. Una vez adentro, encendí la pc y puse algo de música, sacamos las dos cajitas de sangría que habíamos comprado, servimos cinco vasitos descartables bien llenos (solo cinco porque Danita no tomaba), y nos pusimos a conversar amenamente, sentados en aquella agradable penumbra..

*****

Eran como las cinco y media de la madrugada y ya todos nos encontrábamos bien alegres (y bien "chinos"), definitivamente habíamos hecho buena química con las chicas. Hasta Danita (quien no había ingerido casi nada de alcohol, pero sin embargo, si se atrevió a darle un par de toquecitos a un porrito) no podía parar de reírse con las ocurrencias y anécdotas estupidas que contaba Dani (sin duda alguna, el comediante del grupo) y fue en una de esas, mientras se arrastraba de la risa en el piso, que sin querer queriendo, divisó algo "raro" debajo de mi cama…

"¿Qué es eso ah?" –dijo con carita inocente, aun sin poder parar de reírse

"¿Ahhhh? ¿Qué cosa?" –dijo Dani

"Eso…. Eso…." –dijo de nuevo, señalando debajo de mi cama, yo ni cuenta me daba, desde hace un buen rato estaba en otras con la otra mellicita…

Y como nadie le entendía, como nadie le hacia caso, la chiquilla gateó un poco debajo de la cama y extrajo de la oscuridad algo que parecía ser un pedazo de tela arrugado…

"Esto pues… esto…" –dijo cogiéndolo con la punta de los dedos - "Es un polo creo, pero está sucio, y un poco duro, parece como si con esto enceraran el cuarto…"

Con un rápido arranchón Dani se lo quitó de las manos y le dio una rápida olida…

"Ala mierda… Oe…. Mario.... ¡Mario!, ¡Carajo!, Oe huevon mira lo que ha encontrado Dana debajo de tu cama"

Volteé a verle, aun medio adormilado por la deliciosa sensación que estaba experimentando (la música bonita, el alcohol, el porrito, los labios tibiecitos de Alejandra..)..

"¿Ah…? ¿Qué…?"

"Oe reacciona huevon, esto mira, ¿ves esto? ¿qué es esto?" –dijo haciendose el serio, sonriendo de manera traviesa- "¿Puedes explicarnos Mario, Carajo, Ah?"

Enfoqué mi vista en aquel trapo viejo, otrora polito tonero de marca surfera, otrora color blanco ahora color más bien crema o amarillo, no podía creer que estuviera en "otras manos", agitándose en el aire, todos me miraban, pensé bien mi respuesta y hablé pausadamente…

"Eso, mis queridos amigos, queridas amigas aqui presentes... es el trapo con el que me limpio... ¡CADA VEZ QUE ME MASTURBO!..."

Todos al instante y al unisono, comenzaron a cagarse de la risa….

*****

Esa misma noche Dani bautizó a aquel heroico pedazo de tela vieja, que me acompaño en cientos de afiebradas noches adolescentes, como "Jason", un polito marca rip curl cuya etiqueta decía "made in usa", estoy seguro que su diseñador, y aquellos quienes lo fabricaron, nunca se habrían imaginado que este polito aputamadrado, podría ser algún día, el protagonista de una historia...

Fin.

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