martes, 18 de marzo de 2014

Se llamaba "Firulais"...

Es domingo por la tarde y estoy sentado en una banca del parque “El Olivar” en san isidro, a mi lado apoyada descansa “Silvana”, mi fiel bicicleta. En mis manos tengo el libro “El amante uruguayo”, la verdad no me gusta mucho pero fue un regalo de mi novia y lo mínimo que puedo hacer es acabar de leerlo. Frente a mi hay varias niñas pequeñas jugando, varias de ellas llevan vestidos y lazos en el cabello, se les ve lindas y felices. A pocos metros están sus mamás, algunas dormitan, otras conversan entre ellas. Cada cierto tiempo pasa alguna chica bonita haciendo footing o románticas parejas montando bicicleta. También hay gente que trae a pasear a sus perros (en su mayoría de raza fina y con correas bonitas) y cuando los animales hacen sus necesidades, inmediatamente sacan una bolsita del bolsillo, levantan los deshechos y los colocan en un basurero metálico de color verde con la imagen de un perrito… Todo aquí luce tan perfecto y todos lucen tan felices que siento una enorme tranquilidad en el corazón…

En eso como a veinte metros se acerca una pareja paseando a su perro, un hombre y una mujer de unos sesenta y pico años, el hombre es alto y flaco, la mujer es pequeña y regordeta, el perro es chusco. El hombre lleva puestos unos pantalones raídos y una camisa percudida, la mujer lleva un vestido floreado y unas gafas oscuras exageradamente grandes, ambos son prácticamente arrastrados por el perro, que para ser tan chico parece tener una fuerza descomunal.

De pronto ocurre… el perro logra zafarse de sus dueños y empieza a correr a toda velocidad contra otro perro que inocente olfateaba un arbusto, los dueños del perro empiezan a llamarlo “BOBBY VEN ACÁ!!” , pero el animal no les hace caso y furioso se avalancha sobre el otro. El dueño del perro atacado despierta, es un hombre de unos treinta y pico años de anteojos, se acerca donde los perros y trata de separarlos pero no puede (“Bobby” lo ha cogido del cuello y no lo suelta por nada), los dueños de Bobby llegan también, el hombre al ver el cuello ensangrentado de su perro comienza a patear a Bobby, cosa que molesta a su dueño quien le grita “OYE QUE TE PASA! NO PATEES A MI PERRO!!”, las cosas se salen de control, ambos hombres comienzan a insultarse, la gente corre a ver la escena, el dueño del perro atacado se le va encima al dueño de Bobby quien al verse superado en fuerza física saca una pistola de no sé dónde y lanza tres balazos al aire “SUELTAME CONCHATUMADRE!!”, la gente al darse cuenta de lo que pasa empieza a correr y a gritar desesperada, las mamás huyen con sus niñas en brazos, las personas en bicicleta atropellan a más de uno, por todos lados cunde el pánico, el desorden y la desesperación, lo que minutos antes parecía ser una sucursal del cielo acaba de transformarse en el mismo infierno…

Y al final, cuando todos ya se han ido, solo quedamos en el parque mi papá, mi mamá, yo, nuestro perro “Bobby” y el pobre perro muerto, que por lo que decía en su fino collar, se llamaba “Firulais”…

Fin

PD: Menos mal que solo fué un sueño

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miércoles, 5 de marzo de 2014

Una casa bonita

Hoy recibí dos buenas noticias, de esas noticias que te cambian la vida y te ponen muy feliz.

Ambas noticias llegaron por correo electrónico.

El primer correo confirmaba que el curso de especialización que tanto quería llevar empezaba este sábado, y lo mejor: iba a ser completamente financiado por mi centro de labores.

El segundo correo me lo envió una señorita del Banco, el asunto decía "BUENAS NOTICIAS" (así, en mayúsculas) y el contenido indicaba que (luego de mil peripecias y papeleos) al fin me habían aprobado el crédito hipotecario que había solicitado.

Cuando leí el primer correo sonreí, sonreí y me quedé así por un rato, mirando el monitor con cara de cojudo, feliz por poder estudiar luego de tanto tiempo, estuve luchando casi un año por conseguir que mi empresa me financie este curso y al fin lo había logrado.

Cuando leí el segundo correo la reacción fue distinta, me alegré pero también me asusté un poco, un crédito hipotecario es un compromiso de pago muy fuerte que uno adquiere por un montón de años, y uno piensa ¿realmente quiero esto? ¿realmente vale la pena vivir ajustado los mejores años de mi vida pagando una hipoteca?.

Pues mi respuesta es SI, porque pagar todos los meses por una casa que nunca va a ser mía y donde me suben el alquiler todos los años no es la voz.

Necesito tener algo que sienta mio. Algo que dejarle a mis seres queridos cuando ya no esté y que les haga la vida un poquito más fácil. Una casa bonita a la cual mi hija y yo podamos invitar a nuestras amistades sin temor a incomodar a la casera o a algún vecino mala onda. Una casa bonita, nueva y lista para ser decorada a nuestro gusto. Una casa bonita sin recuerdos tristes. Una casa bonita para empezar una nueva vida con las personas que amo.

Y estoy MUY FELIZ por eso :)

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